El
ser humano es una vaina arrecha, así en toda la expresión de arrecha, y es que
a uno el hombre siempre le atrae caer en tentaciones que sabemos que son
prohibidas para nosotros, pero no nos importa, nosotros vamos para adelante
pues mientras más nos dicen que algo es prohibido y que no lo podemos tener de
hecho no lo podemos ni ver ni tocar es cuando el deseo de poseerlo y de tenerlo
lo que nos hace desearlo con mayor intensidad al punto de que nos llegamos a
sentir en candela solo por hacer eso prohibido que nos enloquece de una u otra
manera.
Es así como por ejemplo cuando estamos en una
relación y nos aparecen tentaciones carnales decimo, ¡vale, coño, pero porque
quiero caer en tal cosa…! Y es así como en realidad nos sentí mes cuando
queremos hacer algo indebido pero no podemos porque debemos repetir ciertos
parámetros por ejemplo en una relación sentimental nunca podemos caer en las
infidelidades aunque se nos pare el pene y hasta cojonera nos dé, no,
definitivamente no nos dejan caer en tentaciones. Entonces nos vemos obligados
a no caer en esas tentaciones pero a vivir siempre en provocaciones sexuales y
tentadoras que indudablemente nos atraen a caer en el mal, en el pecado, y
muchos hasta caemos y no nos arrepentimos hasta que nuestra pareja nos descubre
y nos toca pedir perdón para que no nos hacen de la cama ni de la casa por
infieles y arriesgados.
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